Además de mi pasión por la ciencia, encuentro en la cocina una forma de conectar con la salud y el bienestar. Me encanta experimentar con recetas saludables, sabrosas y divertidas, demostrando que cuidarse no tiene por qué ser aburrido. Para mí, la alimentación no solo es un pilar fundamental de la salud, sino también una oportunidad para disfrutar y crear hábitos sostenibles que transformen nuestra relación con la comida.

Mi interés por el impacto del estilo de vida en la salud me llevó a formarme en nutrición y, más adelante, en PNIE. Estas disciplinas me permitieron profundizar en la relación entre los sistemas del cuerpo, como el inmunitario, el endocrino y el nervioso, y cómo las emociones y los hábitos diarios pueden influir en el bienestar general. Estudiar estas conexiones me dio las herramientas para buscar no solo soluciones inmediatas, sino también cambios sostenibles que tengan un impacto duradero.